A mis alumnos de derecho aeronáutico

*Publicado en: https://a21.com.mx/index.php/el-nido-del-aguila/2023/06/07/mis-alumnos-de-derecho-aeronautico





¡Felicitaciones a todos ustedes, graduados de la facultad de derecho! Este es un momento emocionante para todos ustedes, y es el comienzo de una carrera emocionante y desafiante como abogados. Se han formado durante cinco años en la facultad de derecho, aprendiendo las habilidades necesarias para tener éxito.

Como abogados, ahora tienen la oportunidad de hacer una diferencia real en la sociedad y de ayudar a otros a resolver sus problemas legales y recibir la justicia que merecen. Pero ser abogado es más que solo ganar casos y obtener ganancias. Se trata de ser éticos, comprometidos a buscar la verdad y la justicia, incluso cuando eso es difícil.

En el mundo de hoy, el entorno a menudo se llena de corrupción, políticas polarizadas, y una falta de transparencia. Puede ser tentador buscar el dinero en lugar de buscar la verdad y la justicia, pero como abogados, es importante no claudicar: “lo que fácil llega, fácil se va”. Debemos ser abogados que ven más allá de los resultados monetarios y buscan el bienestar de la sociedad.No olvidemos lo que señala Cicerón en su opúsculo “Los Oficios”: La avaricia y la ambición son dos causas muy comunes de la injusticia. La ambición de honra y del dinero es causa de la omisión de las obligaciones [1].

Por eso, las habilidades y los valores que han aprendido en la facultad de derecho son más importantes ahora que nunca. Como abogados, tienen la responsabilidad de ayudar a construir un sistema que se fortalezca más allá de los cambios políticos y la pluralidad de ideas. La técnica, la transparencia, la cultura de la legalidad, las libertades y buscar honrar la verdad y lo justo no pueden ser el régimen de excepción, sino el estado  normal de las cosas… ¡Aunque el entorno les grite constantemente lo contrario! –Falta mucho para lograr esta realidad ideal, pues la condición humana siempre entra en contradicción con su máximo natural de la excelencia–; pero como decía mi profesor Carlos Llano: “Más vale proponerse la meta de la excelencia y no lograrla, que la de la mediocridad y conseguirla”.  Para lograr esto, deben ser estudiosos, creativos y dedicados. Solo con esta dedicación es que podrán ser capaces de superar todos los obstáculos que puedan surgir en su camino y dar servicio social, pero sobre todo, ser útiles y necesarios para la sociedad que hoy tanto necesita de hombres y mujeres preparados. La Inteligencia Artificial nunca podrá tener alma, sentido común, intuición y sensibilidad así como el genio humano para discernir prudencialmente cómo y cuándo defender con la estrategia conducente la razón y la justicia.

"El fin es lo primero en la intención y lo último en la consecución", reza el viejo adagio filosófico. Y es muy cierto. Hace cincos años, cada uno de los que ahora se gradúa tenía como finalidad e ilusión el llegar a ser abogados. Hoy se podría pensar que por fin esa meta se ha alcanzado. Lo que realmente han conseguido es terminar los estudios mínimos requeridos para empezar a ejercer la profesión –y aún queda pendiente la última piedra de la titulación–. A partir de hoy comienza el camino para la edificación de su prestigio y su consolidación como profesionales, pero lo que es más importante, a partir de hoy sus responsabilidades de ciudadanos y de personas maduras deben de llevarlos a considerar que de nada vale ser una abogada o abogado brillante si antes no se es una buena persona. 

Como profesor, considero que es mejor tener en el aula alumnos "buenos", que alumnos "brillantes". Éstos podrán ser astutos y exitosos, pero los primeros son generosos y entregados, lo que a la larga contribuye más al bien común de la sociedad y a la felicidad propia. Es mejor entonces ser virtuoso que ser simplemente muy inteligente.

Ustedes no están listos para enfrentar cualquier adversidad – y no pasa nada, nadie lo está–. Son tiempos donde hay que abandonar la ilusión del control y hacer de la incertidumbre la compañera de viaje… Y desde ahí, construir y reconstruir, porque lo sólido es el ideal, no la circunstancia…

Sí, es verdad que el país y el mundo atraviesa por una crisis fuerte y que todo apunta que llevará tiempo superarla. Sí, es verdad que el mundo está lleno de injusticias, corrupción y sinsabores. Sí, es verdad que las leyes del mercado se imponen a las leyes de la naturaleza. Sí, es verdad que la duda y el relativismo campean como los dueños de la realidad. Pero como dijera Tomás Moro, célebre jurista y académico inglés: "Los tiempos nunca fueron tan malos, como para que un hombre bueno viva en ellos". El pesimismo es inútil, si lo vemos desde el punto de vista práctico. Sólo el optimismo es la más realista de las actitudes en un mundo donde, pase lo que pase, la verdad brilla por su belleza. La verdad brilla en ustedes en este momento, no dejen que se opaque ese brillo viviendo en contra de su conciencia.

Referencias:
[1] CICERÓN, “De los Oficios y Deberes”, Porrúa, México, 2006, pp. 13-14

Comentarios

Entradas populares de este blog

Aeropuertos: más jugadores en la cancha